Ablación
"...740 niñas en Barcelona corren riesgo de sufrir mutilación genital..."

El pasado 5/2/2022 en el periódico digital “Metrópoli” aparecía la noticia de que 740 niñas en
Barcelona corrían riesgo de sufrir mutilación genital, según datos de Save the Children. El número
aumentaba a 1.575 en toda Cataluña y a 3.652 en toda España. Según la directora de esta
entidad, Catalina Perazzo, hay que empezar a trabajar con mediadores culturales para considerar
esta práctica violencia de género. Lo que no queda claro es si el diálogo intercultural sería para
abolirla o para hacer como que se hace algo y seguir mirando para otro lado.
Esta práctica ritual se consideran sagrada por algunas culturas y cualquier miembro que no
participe de ella se considera marginado. Bajo esta excusa del falso respeto, no se ha llevado a
cabo ninguna intervención en los países occidentales donde se empieza a practicar sin ninguna
impunidad.
La práctica de la mutilación genital femenina o ablación es un proceso que implica la extirpación
parcial o total de los genitales femeninos, es decir, los labios y el clítoris y/o provoca lesiones en
los genitales femeninos por motivos no médicos según la Organización Mundial de la Salud. Ésta
se puede llevar a cabo días después del nacimiento de una niña o cuando ésta llega a la
pubertad y más allá. En la mayoría de los lugares, la práctica la lleva a cabo un circuncisor
tradicional que utiliza una cuchilla.
¿Cuál es el origen?
El origen de la práctica no está claro, aunque algunos historiadores creen que se originó en el
antiguo Egipto antes de extenderse al este de África a través de Sudán, de ahí el nombre de
circuncisión "faraónica". Sin embargo, otros historiadores creen que la práctica surgió con el
nacimiento del Islam antes de extenderse entre religiones y culturas. La mutilación estaba
destinada a garantizar la virginidad antes del matrimonio y la fidelidad después del matrimonio.
También se suponía que iniciaba a una niña en la feminidad y aumentaba el placer sexual
masculino. Actualmente, África tiene el mayor número de casos. Las tasas por países van
encabezadas por Somalia. Es el líder con un triste 98% de las mujeres entre las edades de quince
y cuarenta y nueve años que se someten a la práctica. Guinea, Djibouti y Egipto cuentan con
más del 90% entre sus mujeres en esas mismas edades.
En números reales , Egipto tenía en 2020 el mayor número de mujeres que se han sometido a la
ablación con un total de 27,2 millones de mujeres, seguido de Etiopía (23,8 millones), Nigeria
(19,9 millones) y Sudán (12,1 millones). Gambia es el país líder con la probabilidad de que una
niña sea circuncidada porque su madre también lo fue con el 72% de los casos . En estos
países, la mayoría de las niñas la sufrieron antes de su quinto cumpleaños por un practicante
tradicional. La aceptación social es sin duda la razón principal y el factor que contribuye a la
mutilación genital femenina en la mayoría de estos países.
Apoyo a las mujeres y visión del mundo
En la mayoría de los países donde la mutilación genital femenina o la ablación es común, la
mayoría de las mujeres y niñas piensan que se debe alentar la práctica. En Benin y Ghana, el
93% de las mujeres y niñas apoyan esta práctica. Además, en Kenia, Irak, Níger, Togo, Burkina
Faso y Tanzania, más del 85 % de las mujeres y niñas son partidarias de que se lleve a cabo. Sin
embargo, la práctica tiene el menor apoyo entre las mujeres y las niñas en Guinea, Sierra Leona,
Malí y Gambia, donde menos del 30 % de las mujeres apoyan la práctica que ha generado
críticas de todo el mundo y además la ONU instó a sus estados miembros a prohibirla. La
mayoría de los profesionales de la salud también son contrarios a realizarla en sus centros de
salud.
¿Qué impacto tiene en la salud de las mujeres?
Algunos de los muchos trastornos y complicaciones incluyen dificultades para tener hijos,
pérdida del placer sexual, la transmisión del VIH debido a la cuchilla compartida, pérdida extrema
de sangre que puede conducir a la muerte y dolor intenso y sin duda problemas psicológicos a la
mujer. Una tradición por tanto muy cuestionable.
El porcentaje de niñas y mujeres de 15 a 49 años que la han padecido se sitúan en este orden:
1 Somalia 98%
2 Guinea 96%
3 Yibuti 93%
4 Egipto 91%
5 Eritrea 89%
6 Malí 89%
7 Sierra Leona 88%
8 Sudán 88%
9 Gambia 76%
10 Burkina Faso 76%
11 Etiopía 74%
12 Mauritania 69%
13 Liberia 66%
Uganda es un país que desde las instituciones lucha por detenerla. Mientras tanto en España
tenemos un Ministerio de Igualdad que solo se preocupa por cuánto nos oprime el color rosa o
por el miedo que nuestras tetas dan a los hombres. ¿Qué hay que hacer para que este problema
esté presente en el ideario feminista y le planten cara sin mirar para otro lado?